Una empresa grande (A) posee otros negocios relacionados (B) por asesorías, alquileres, honorarios, estudios técnicos y comisiones que generalmente suelen ser los mismos accionistas. A través de este esquema la empresa B, inscrita al régimen optativo del siete por ciento, le factura a la empresa A, inscrita al régimen del 25 por ciento sobre las utilidades de actividades lucrativas, y con ello pagan menos Impuesto Sobre la Renta (ISR), explicó ayer Marco Livio Díaz, jefe de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT). 

Según el Superintendente, estas empresas tienen “un revestimiento de legalidad porque efectúa retenciones ISR, pagos por bancarización, reducen el gasto en 25 por ciento y aprovechan el crédito fiscal 12 por ciento”.

Además, las empresas del siete por ciento no pagan el Impuesto al Valor Agregado (IVA), sino que con ese dinero compran inmuebles personales, artículos de lujo, electrodomésticos, casas en la playa, entre otros.

A la fecha, la SAT ha identificado 23 casos, de estos 15 son contribuyentes medianos, cinco grandes y tres del padrón central con un monto facturado de Q671 millones 186 mil 796.

“Estamos hablando de una gran facturación sin sustancia económica que están perjudicando a los intereses del Estado”, dijo Díaz. Agregó que ya han citado a los contribuyentes para que rectifiquen voluntariamente sus declaraciones, de no hacerlo la SAT presentará las demandas correspondientes.

Compañías con activos sin facturar

Por otro lado, el Superintendente también dio a conocer que actualmente están bajo investigación 30 grandes compañías, la mayoría ubicadas en la región central y occidente, que poseen activos productivos que no están afiliados al IVA.  

“Entendemos que hay empresas que tienen un respaldo patrimonial. Pero tenemos detectadas 30 compañías con grandes activos productivos: transporte, maquinaria de construcción, etcétera, que no están facturando”, agregó.